Mi primera entrada en este blog intentará haceros reflexionar sobre la importancia del trabajo, al que yo prefiero denominar vocación, de educador. Realmente aquí no hay recetas, no se ofrecen una serie de pasos que al ser seguidos garanticen el éxito de la labor docente. lo que sí refleja, por el contrario, es el buen hacer de un viejo maestro que asienta los fundamentos de su didáctica en la realidad del día a día de sus alumnos.
A lo largo de nuestras sesiones, intentaré convenceros de que la enseñanza de la escritura y la lectura pasa necesariamente por la contextualización del proceso ya sea lector o escritor. Todo texto debe tener un objetivo concreto así como un destinatario real. Dicho objetivo nunca puede ser superar la prueba propuesta e impuesta por el maestro, sino más bien cumplir una finalidad educativa dada, por no hablar de que en el ciento por cien de las ocasiones nuestros alumnos van a pensar en un destinatario muy concreto pero poco real: el maestro que en el peor de los casos calificará el texto y en el mejor lo evaluará para luego calificarlo.
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